Una señal que sólo vimos cuatro veces en un siglo

La relación S&P 500 / Oro está encendiendo una alarma rara, observada por última vez en 1929, 1971 y 2000. Podría anticipar un cambio profundo en los mercados… y en el propio régimen monetario.

Introducción — Una señal “de época”

Hay indicadores que, cuando aparecen, obligan a prestar atención. La ratio S&P/Gold —cuántas onzas de oro “compra” el S&P 500— es uno de ellos. Sus techos históricos han coincidido con giros de fondo: el estallido de grandes burbujas de acciones, quiebres del sistema monetario o ambas cosas a la vez.
En los últimos cien años, esa señal apareció tres veces: 1929, 1971 y 2000. Hoy la ratio volvió a niveles extremos y empieza a ceder. La particularidad del presente es que combina exceso financiero (años de dinero barato y valuaciones estiradas) con dudas crecientes sobre el sistema fiat. Esa mezcla sugiere un cambio de paradigma donde los activos duros (en especial el oro) podrían ganar protagonismo.

Idea de gráfico: curva trimestral de S&P/Gold a 100 años. Picos en 1929, 1971 y 2000; en 2023–2025 vuelve a zona alta y muestra figuras de techo (RSI/MACD débiles). Tras cada pico histórico, el oro superó con creces a las acciones.


1929 — Cuando la euforia se quedó sin piso

Contexto. Tras los “locos años 20”, el crédito barato y el apalancamiento minorista empujaron las acciones a un frenesí. Se compraba a margen, se hablaba de “mesetas permanentes” y el mercado parecía infalible… hasta que dejó de serlo.

El quiebre. En octubre de 1929, una caída en cascada barrió décadas de ganancias ilusorias. En pocos años, los índices accionarios llegaron a perder hasta casi 90% desde los máximos.

¿Y el oro? Aunque el precio estaba fijado por el patrón oro, los activos ligados al oro (mineras, por ejemplo) se comportaron muy por encima del mercado general. La lección no cambia un siglo después: cuando la confianza en el papel (y en las valuaciones) desaparece, el capital migra a refugios reales.

Mensaje de la ratio. S&P/Gold hizo techo en la euforia del 29 y se desplomó cuando las acciones se deshicieron mucho más que el oro. Fue la primera vez que este indicador marcó el fin de una era.


1971 — El día que se rompió el ancla

Contexto. El sistema de Bretton Woods ataba al dólar al oro a US$ 35 la onza. Pero los déficits crecientes y la expansión monetaria erosionaron la credibilidad: los dólares en el mundo superaban con holgura el oro disponible para redimirlos.

El quiebre. En agosto de 1971, EE. UU. suspendió la convertibilidad del dólar en oro: el famoso Nixon Shock. Ese día terminó el patrón dólar-oro y comenzó la era del fiat puro.

¿Y el oro? Liberado del anclaje, el oro se disparó durante los 70 (un decenio de inflación, shocks y volatilidad), mientras las acciones zigzaguearon y perdieron en términos reales.

Mensaje de la ratio. La S&P/Gold, elevada en los 60 por la fortaleza accionaria y el oro fijo, cambió de tendencia y cayó durante buena parte de la década. No fue una burbuja bursátil la que explotó: fue el régimen monetario el que se quebró. La constante, otra vez, fue la confianza.


2000 — La nueva economía… hasta que los números importaron

Contexto. La burbuja puntocom llevó las valoraciones tecnológicas a niveles inéditos. El mercado descontaba que “esta vez era diferente”: crecimiento infinito, métricas tradicionales “obsoletas” y liquidez para todo.

El quiebre. En marzo de 2000 el castillo se agrietó. El Nasdaq terminó cediendo alrededor del 80% en dos años y medio; el S&P 500 vivió un largo mercado bajista.

¿Y el oro? Venía de mínimos generacionales (cerca de US$ 250/oz en 1999) y desde 2001 inició un ciclo alcista de una década. Resultado: el oro superó ampliamente a las acciones entre 2000 y 2011.

Mensaje de la ratio. S&P/Gold marcó un techo extremo en el pico dot-com y luego se desplomó. Otra señal de fin de ciclo accionario y comienzo de liderazgo de los activos duros.


2020s — La “burbuja de todo” se cruza con la duda fiat

Contexto. Desde la crisis de 2008 —y potenciado por 2020—, las tasas cercanas a cero y los programas de QE empujaron al alza acciones, bonos, inmuebles y cripto. A la par, crecieron los desequilibrios fiscales y la deuda; varias señales (como compras récord de oro por bancos centrales) indican que la confianza en el fiat ya no es incuestionable.

Mercado. En 2021 la ratio cedió con la corrección de 2022 y luego volvió a acercarse a máximos en 2023–2025, apoyada en un liderazgo muy concentrado de mega-tech. Las valuaciones (CAPE elevado, market cap/PIB exigente) siguen tensas. El oro, por su parte, estuvo más bien lateral en términos nominales, preparando el terreno para un eventual cambio de liderazgo si el aire se escapa de la “burbuja de todo”.

¿Qué podría venir?

  • Una fase de bust deflacionario donde “se vende lo que se puede” (incluido el oro en la primera patada).

  • Dólar fuerte como refugio inicial (presionando activos de riesgo).

  • Oro cayendo menos y recuperando antes, como ocurrió en episodios previos.

  • Posteriormente, respuestas de política expansivas que podrían girar el péndulo hacia inflación y favorecer al oro en términos nominales y reales.


Por qué la ratio S&P/Gold es distinta a mirar sólo precios

  • Filtra el dólar: al ser un cociente, aísla parte del “ruido” del tipo de cambio.

  • Mide liderazgo relativo: ¿mandan los activos de riesgo (acciones) o los activos duros (oro)?

  • Historial centenario: sus techos coinciden con cambios de régimen (1929, 1971, 2000).


Implicancias prácticas para un inversor

No se trata de “adivinar el día y la hora”, sino de gestionar el ciclo:

  1. Diversificación real
    Incluir activos duros (oro físico o vehículos que lo repliquen) como hedge de ciclo largo.

  2. Gestión de riesgo
    Reducir exposición a segmentos con valuaciones extremas o apalancamiento elevado; evitar concentraciones excesivas.

  3. Liquidez táctica
    En escenarios de estrés, la liquidez compra tiempo y oportunidades. Evitar “ventas forzadas” por falta de caja.

  4. Horizonte y disciplina
    Los cambios de liderazgo pueden durar años. Ajustar expectativas: los ciclos se cocinan a fuego lento.


Objeciones habituales (y respuestas breves)

  • “La economía de hoy es más dinámica que en 1971.”
    Puede ser, pero la señal no discute crecimiento potencial, sino liderazgo relativo ante cambios de confianza.

  • “Si viene deflación, el oro cae.”
    En shocks de liquidez puede caer al inicio. Históricamente, cayó menos que las acciones y recuperó antes. La ratio mide justamente ese desempeño relativo.

  • “Los bancos centrales no dejarán caer el mercado.”
    La intervención puede cambiar el tiempo, no siempre el destino. Muchas veces tras el rescate llega el costo (inflación, represión financiera), un terreno donde el oro suele defender poder adquisitivo.


Conclusión — La cuarta campana

Las tres campanas anteriores señalaron fines de era: 1929 (burbuja bursátil), 1971 (quiebre del ancla monetaria) y 2000 (exceso tecnológico). En cada una, quien rotó a oro o preservó caja atravesó mejor la tormenta.
Hoy, con valuaciones tensas y fisuras en el fiat, la S&P/Gold vuelve a marcar un punto de inflexión. No es una invitación a hacer “timing perfecto”, sí a prepararse: diversificar, bajar riesgo donde hay exceso, y reconocer que “esta vez es diferente” suele ser la frase más cara. En los grandes giros, el valor refugio no es una moda: es un paracaídas.


Apéndice Mavera — Mini-glosario

  • Ratio S&P/Gold: S&P 500 dividido por el precio del oro (en USD). Sube cuando las acciones superan al oro; baja cuando el oro supera a las acciones.

  • RSI/MACD: Indicadores técnicos que ayudan a detectar agotamiento o cambios de tendencia.

  • CAPE: Precio / ganancias ajustadas por ciclo; útil para medir valuaciones en horizontes largos.

  • “Blow-off top”: Tramo final parabólico de una tendencia alcista, impulsado por euforia y FOMO, previo a un giro bajista.

Nota Mavera: este contenido es educativo y no constituye asesoramiento financiero.

es_ES